LLegando a la Catedral de Cuernavaca puedes ver desde la calle la torre de esta bella iglesia, solo debes cruzar la reja y a la izquierda podrás admirar su belleza.
Paredes patinadas por la lluvia, el sol y el viento dan esos miles de tonos ocres que transportan a la historia a un pasado lejano que parece congelado en el tiempo.